La importancia de la educación autodidacta y el aprendizaje autorregulado en la formación de investigadores educativos.

Asesoría de tesis en modo particular

 

Edgar Antonio Hernández Rivas - Licencia CC-BY - ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7944-0604

No todos tienen la oportunidad de estudiar una maestría en investigación o tecnología educativa; ya sea por razones económicas, socio-demográficas, o de perfil. Sin embargo, recalcamos la importancia de desarrollar los grupos de competencias orientados hacía estas áreas.

Esta lectura es para aquellos que estén interesados en desarrollar estos dos grupos de competencias y que, consideren que su formación de pregrado no es suficiente.

Educación autodidacta

La educación se puede clasificar en formal, no formal (técnica) y autodidacta. La última se refiere a un tipo de educación que se proporciona la propia persona. Esta formación la podemos clasificar a su vez en estructurada y no estructurada. Algunos inclusive pueden derivar una educación autodidacta mixta.

Estos tres tipos de educación no son mutuamente excluyentes. Pueden complementarse entre sí. Se dice que la educación es formal cuando proporciona algún grado académico, y se dice que no es formal, cuando no lo hace, pero reconoce la adquisición de alguna destreza (técnica, diploma, comprobante de participación, etc.). Ambos tipos de educación son, en su mayoría, altamente estructuradas. Cuentan con algún programa formativo que se aplica de manera invariable.

La educación autodidacta no proporciona ningún grado académico, ni emite un reconocimiento de adquisición de alguna destreza por parte del individuo. No tiene un programa formativo predefinido, y el mismo, depende de la habilidad del sujeto para desarrollar dicho programa, en un continuo que va de lo no estructurado a lo estructurado.

La educación autodidacta tiene un programa educativo, el cual puede ser explicito o emergente. Lo primero se da cuando la persona en cuestión es capaz de definir la ruta formativa que tendrá; lo segundo se da cuando no sabe, pero va tomando las decisiones conforme va terminando cada bloque formativo informal.

Actualmente hay mucho apoyo a la educación autodidacta con el fin de garantizar cierta calidad en la adquisición de competencias y la concreción de objetivos de aprendizaje. La mayoría de los recursos abiertos o aquellos con alguna licencia copyleft son un ejemplo de ayudas para el autodidacta. Todo estudiante que se encuentre en un programa educativo formal o no formal; también es, hasta cierto grado, autodidacta. Por otro lado, actualmente se invita a la población a tener una cultura de aprendizaje constante.

El paradigma de formación modular interfuncional puede resultar útil para quien emprenda una formación autodidacta con cierto grado de intención. Cada modulo esta estructural y funcionalmente delimitado de manera precisa -o con cierto grado de precisión-. Lo cual hace fácil saber que otros módulos son compatibles con él a fin de incrementar su operatividad.

Los cursos gratuitos que se dan de manera online, son por definición, parte de la educación no formal que un sujeto puede decidir tomar. Aunque muchos pudieran pensar que se trata de una forma de autodidactismo, al no haber de por medio muchos de los elementos típicos. Como se mencionó, estos tipos de educación se complementan entre sí. No se trata de pensar que unos sustituyen a los otros.

Hay que diferenciar entre educación autodidacta y material educativo o adaptable con fines educativos. Los cursos, tanto presenciales como electrónicos, no son en esencia material educativo. La educación autodidacta se da cuando se enriquece la experiencia formativa del sujeto con material educativo dentro de un contexto educativo autónomo.

Aprendizaje autorregulado

En la educación formal y no formal, el aprendizaje es regulado por instancias externas. Esto incluye, tanto la dosificación de lo que se aprende, como la verificación de que se ha aprendido lo suministrado. En el aprendizaje autorregulado, estas responsabilidades le competen al propio individuo. Es responsable de decidir qué aprender y de verificar que lo ha aprendido. Este proceso puede llevarse bajo dos enfoques distintos: un aprendizaje autorregulado basado en normas o basado en criterios.

La mayoría del material educativo tiene algunos ejercicios y autoevaluaciones que pueden implementarse para saber si se está aprendiendo  o no. Por otro lado, la mayoría de los documentos adaptables a fines educativos, no tienen incorporados mecanismos de autoevaluación. Por experiencia personal, las formas de evaluarse uno mismo, no son idénticas a las formas de evaluar a terceros. En este contexto se propone la evaluación basada en productos; los cuales podrán analizarse bajo normas o criterios.

Un aprendizaje autorregulado basado en normas requiere tener un documento o grupo de documentos de referencia que permita medir la distancia entre la calidad del producto concretado y la calidad especificada en la norma. El dominio de las normas APA es un buen ejemplo de aprendizaje autorregulado basado en normas.

Las normas pueden ser teóricas, procedimentales o técnicas. Pero, tienen en común que las ha desarrollado un tercero o grupo de terceros y que ayudan a normalizar los conocimientos y competencias adquiridos. Por ejemplo, el versionamiento semántico establece una serie de pautas para asignar una versión. No es la única forma de versionar, pero si un referente.

Un aprendizaje autorregulado basado en criterios, permite cierta flexibilidad y autonomía por parte del autodidacta. Aun así, los criterios deben formularse y fundamentarse en un cuerpo de conocimientos teóricos, procedimentales y técnicos determinados. Los cuales pueden o no formar parte un mismo acervo. Se vale combinar. Siguiendo con el ejemplo del versionamiento. Mezclar el versionamiento semántico con la programación ética.

Ahora bien, por experiencia personal se puede decir que la evaluación basada en pruebas previamente diseñadas no es para cualquiera. A título personal puede ser realmente cansado. Lo más práctico es usar una evaluación basada en productos. Los cuales pueden analizarse a la luz del grupo de normas o criterios que se hayan predefinido.

La autorregulación del aprendizaje es lo que marca la diferencia entre una educación autodidacta estructurada y no estructurada. Siendo la segunda, la que menos mecanismos explicitos de autorregulación tiene.

Aprender a aprender es una competencia en si misma que se perfecciona con la práctica. No hay atajos en este sentido, ni referentes que funcionen de manera similar en todos los casos individuales. La reflexión, los ciclos de prueba y error son algunas pautas genéricas que se pueden tomar a la hora de emprender el interesante camino de complementar y enriquecer cualquier tipo de formación formal o no formal.




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